5 PELÍCULAS CONVERTIDAS EN MUSICALES

Llevar historias del teatro a la pantalla es común, pero cuando son los musicales que se convierten en películas, vale la pena destacarlos.

Estamos acostumbrados a ver musicales cinematográficos; historias adaptadas de sus homónimos teatrales como Amor Sin Barreras (West Side Story, 1961), La Novicia Rebelde (The Sound of Music, 1965), Chicago (2002) o Wicked (2024), el último gran éxito de este género, que en noviembre estrena su segunda parte. Pero, desde hace un tiempo, esta tendencia se fue revirtiendo, demostrando que en Broadway –de vez en cuando– también están faltos de ideas y toman prestados los argumentos de muchas de nuestras películas favoritas.

A horas de una nueva entrega de los premios Tony (que celebra lo mejor de Broadway), repasamos otras adaptaciones más ‘jugadas’ que llegaron a los escenarios del mundo.

ROCKY: THE MUSICAL

A esta altura, todos conocemos la vida y obra de Rocky Balboa y sus incontables secuelas y spin-offs. Si algo le faltaba a esta historia de amor y superación, eran canciones, algo que el mismísimo Sylvester Stallone se encargó de arreglar al darle el visto bueno a este extraño musical que se estuvo gestando por más de ocho años hasta su debut en los escenarios de Hamburgo (Alemania) en 2012.

Stephen Flaherty, Lynn Ahrens y Thomas Meehan son los encargados de las canciones, adaptadas directamente del guion original de Sly, que siguen –en líneas generales– el argumento de la película de 1976. En el año 2014, Rocky the Musical llegó a Broadway, pero bajó su telón después de algo más de 200 funciones.

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CARRIE: THE MUSICAL

Carrie es una de las mejores adaptaciones de Stephen King, además de uno de los clásicos del horror más celebrados. No vamos a negar que la escena del baile ha sido homenajeada hasta el hartazgo, pero jamás la imaginamos como parte de un oscuro musical. Inspirado por la puesta en escena de la ópera Lulu, en 1981, el guionista original del film de Brian De Palma, Lawrence D. Cohen, comenzó a idear este proyecto junto a Michael Gore y Dean Pitchford.

Tras varias reescrituras, el musical empezó a tomar forma, pero no llegó a los escenarios de Broadway hasta bien entrado el año 1987. A partir de 2012, la adolescente tímida y con poderes telequinéticos volvió a la escena off y se paseó por varias ciudades, incluyendo Los Ángeles y Londres.

RE-ANIMATOR: THE MUSICAL

En 1985, Stuart Gordon hizo sus magias adaptando las historias de H.P. Lovecraft a la pantalla grande. Como su background artístico viene del teatro en Chicago, siguió pergeñando proyectos, e inspirado por la puesta en escena de Little Shop of Horrors, decidió convertir a su Re-Animator en un musical tan sangriento como su homónimo cinematográfico.

Las primeras funciones se llevaron a cabo en el año 2011, en la ciudad de Los Ángeles: una grata sorpresa para los críticos, que alabaron esa extraña mezcla de terror, ironía y exageración de las formas. Hasta los espectadores de las primeras filas recibieron su buena dosis de salpicaduras hemoglobínicas.

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KING KONG

Si algo le faltaba a la octava maravilla para convertirse en el verdadero rey de los monstruos, era tener su propio musical. Marius de Vries, Mitnick y Craig Lucas se encargaron de ello, con la colaboración de 3D, Sarah McLachlan, Guy Garvey, Justice y The Avalanches.

La puesta en escena, que se estrenó en Australia en 2013 (y recién llegó a Broadway en 2018), toma como punto de partida el film original de 1933; una ardua producción que tardó cinco años en llegar a los escenarios, entre audiciones y ensayos. La idea del director Daniel Kramer nunca fue basarse exclusivamente en la espectacularidad de la historia, ya que encontró más interés en la humanidad que la rodea: “La gente de Nueva York, la megalomanía del cineasta Carl Denham, la obstinada oposición de Jack Driscoll y la gracia, belleza y poder de nuestra protagonista, Ann. Darrow”.

FLASHDANCE – THE MUSICAL

Una gran parte de la década del ochenta le perteneció a Jennifer Beals, Irene Cara y las polainas. El salto de Flashdance (1983) a los escenarios del mundo se dio casi de forma natural, aunque hubo que esperar hasta el año 2008 para ver la escena de la ‘ducha’ en vivo y en directo.

Tom Hedley, Robert Cary y Robbie Roth fueron los encargados de transformar la nostalgia ochentera y el drama romántico de Adrian Lyne en un hit teatral que agotó su noche de estreno en el Theatre Royal de Plymouth, en Gran Bretaña. Curiosamente, nunca llegó a las salas de Broadway (sí a otras ciudades estadounidenses), pero no carece de clásicos musicales como “Maniac”, “Manhun”, “Gloria” y la oscarizada “What a Feeling”.