Stephen King debe ser uno de los escritores que más veces ha sido llevado al cine, y estas son algunas de las peores.
Con tanto catálogo y adaptaciones en su haber, no pueden faltar los traspiés. Después de destacar algunas de las mejores películas basadas en la obra de Stephen King, no podemos dejar pasar algunas de las peores versiones que llegaron a la pantalla grande. ¿Coinciden?
OCHO DÍAS DE TERROR (MAXIMUM OVERDRIVE, 1986)
King debuta detrás de las cámaras con la adaptación de Trucks, una de sus tantas historias cortas. Acá, un grupo de vehículos cobran vida y acechan a las personas de una aislada parada de camiones en la ruta.
Hasta ahí, el argumento no va tan mal, ya que los indefensos seres humanos no saben por dónde viene la amenaza; hasta que se descubre que todo es producto de unos extraterrestres invasores que logran ser eficazmente eliminados gracias a un montón de lanzacohetes escondidos en el sótano del lugar. Sí, también fue la última película dirigida por Stephen.
LAS TUMBAS MALDITAS (GRAVEYARD SHIFT, 1990)
Basado en uno de los relatos de El Umbral de la Noche (Night Shift, 1978), el director Ralph S. Singleton intenta generar alguna emoción en el público –un susto, una sonrisa– con esta historia centrada en una fábrica abandona infestada de ratas y alguna que otra horrenda y sanguinaria criatura gustosa de matar a los empleados del turno nocturno.
Desde las actuaciones hasta los efectos especiales, la mediocridad se extiende a lo largo de sus 89 minutos de duración; la que no incluye un montón de escenas (¿las mejores?) que nos venden desde los afiches.
LA TIENDA DE LOS DESEOS MALIGNOS (NEEDFUL THINGS, 1993)
Una de las mejores novelas de King y un elenco soñado –Max von Sydow, Ed Harris, Bonnie Bedelia– dirigido por Fraser C. Heston (el hijo de Charlton). Esta adaptación cinematográfica no aprovecha todo el potencial del relato homónimo de 1991, echando a perder la oscuridad del final original en favor de unas cuantas explicaciones sobrenaturales y facilistas.
El apacible pueblito de Castle Rock se ve perturbado por la llegada de Leland Gaunt (Sydow) y su tiendita de “cosas necesarias”. Pronto, los habitantes sucumben ante la corrupción de este Fausto que puede cumplir todos sus deseos a cambio de que esparzan toda su violencia, celos y el rencor acumulados.
MALEFICIO (THINNER, 1996)
Tom Holland tiene grandes películas terroríficas en su haber, pero esta adaptación de la novela de 1984 (escrita bajo el seudónimo de Richard Bachman) no es una de ellas. Aunque se mantiene bastante fiel a la historia original, las malas actuaciones, algunos desarrollos argumentales ‘inoportunos’ y el maquillaje clase B estropean el tono de la cinta, convirtiendo una oscura alegoría sobre la obsesión de la pérdida de peso en una comedia involuntaria. ¿La trama? Un abogado (Robert John Burke) un tanto obeso no puede dejar de adelgazar tras haber sido objeto de una maldición gitana.
LA MALDICIÓN DE LOS SONÁMBULOS (SLEEPWALKERS, 1992)
El mismísimo King escribió el guion de esta fábula de terror –basada en una novela sin publicar– que toma demasiados elementos prestados de La Marca de la Pantera (Cat People, 1942), aunque con resultados bastante nefastos, en comparación a esa energía sexual totalmente transgresora que exhibe el clásico de Jacques Tourneur.
La historia de estos “sonámbulos” se centra en una madre y su hijo que pueden adoptar una monstruosa forma felina y llegan a un pueblito con la intención de alimentarse de unas cuantas vírgenes. El resultado es un artificioso romance adolescente, con el agregado de un montón de gatitos que se pasean de acá para allá tratando de generar algún susto en el espectador.
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