Los plagios son una realidad en varios ámbitos de la vida, y el cine no es la excepción, y estas películas prueban que la inspiración a veces se extralimita.
No es secreto que a Hollywood se le acabaron las ideas desde hace rato, pero tampoco es correcto andar pidiendo las de otros prestadas… sin darles el crédito que se merecen o, al menos, las gracias. Cuando el “homenaje”, la “influencia” o el “guiño” traspasan ciertas líneas, la cosa se convierte en plagio y el arte cinematográfico entra en un terreno donde las partes prefieren evitar los juicios y se reúnen a puertas cerradas para ‘arreglar’ los números. ¿Sabías de estas historias ‘inspiradas’ en otros títulos?
TERMINATOR (THE TERMINATOR, 1984)
James Cameron no siempre brilla por su ‘originalidad’, pero al momento del estreno de su segunda película, el mundo quedó maravillado por la historia post-apocalíptica repleta de asesinos del futuro y extrañas paradojas temporales. Por supuesto, tuvo que salir a aclarar que se había “inspirado” en un par de episodios de Rumbo a lo Desconocido (The Outer Limits), un clásico de culto televisivo de la década del sesenta.
Resulta que los capítulos en cuestión (Demon with a Glass Hand y Soldier) fueron escritos por Harlan Ellison, quien terminó demandando al estudio por una cifra no especificada, además de exigir que se reconociera su aporte en los títulos de la película original y en cualquier futura secuela.
DESTINO FINAL: LAZOS DE SANGRE – ENTREVISTA
PERROS DE LA CALLE (RESERVOIR DOGS, 1992)
Se dice que la primera y magistral película de Quentin Tarantino está altamente influenciada por City on Fire (Lung foo fung wan, 1987), obra del hongkonés Ringo Lam. Quentin es un realizador propenso a jugar de esta manera con el imaginario cinematográfico, pero acá parece haber demasiadas similitudes.
La cinta de Lam narra la historia de un policía infiltrado que trata de desbaratar los planes de una peligrosísima banda de ladrones, pero la cosa se le va complicando a medida que estrecha sus lazos de amistad con los criminales. Además de la trama, Perros de la Calle “homenajea” a varias escenas del film, lo que inspiró a un estudiante de Michigan a realizar el corto documental Who Do You Think You’re Fooling? (1995), que mezcla escenas y diálogos de ambas películas para demostrar cuánto se parecen.
POR UN PUÑADO DE DÓLARES (PER UN PUGNO DI DOLLARI, 1964)
La película que sentó las bases del spaghetti western y lanzó a la fama tanto a su protagonista, Clint Eastwood, como a su director Sergio Leone, tranquilamente puede ser considerada una remake de Yojimbo (1961) de Akira Kurosawa. Como los productores italianos no pagaron los derechos correspondientes, Kurosawa y su coguionista Ryuzo Kikushima los demandaron y se embolsaron el 15% de las ganancias del film.
El gran director japonés aseguró haber juntado más plata de este modo que con la película original, que narra la historia de un astuto ronin quien, tras llegar a un pueblito dividido por dos bandas criminales que quieren hacerse con el poder, les hace creer a cada una que estará de su lado, aunque la idea es que terminen matándose unos a otros para liberar la ciudad.
DESTINO FINAL: LAZOS DE SANGRE – ENTREVISTA 2
ROCKY (1976)
Dicen los que saben que la película escrita y protagonizada por Sylvester Stallone, toda una representación de la búsqueda del sueño americano de la mano de Rocky Balboa, el boxeador italo-americano que se entrena en las calles de Filadelfia y termina combatiendo por el título de los pesos pesados, está inspirada en la vida de Charles Wepner, un ex pugilista desconocido que tuvo la oportunidad de enfrentarse al campeón Muhammad Ali en 1975.
Parece que Sylvester vio la famosa pelea y se fue derechito a escribir el guion, pero (en su momento) negó que estuviera inspirado por Wepner quien, en seguida, inició una demanda que acabó arreglándose por una suma no especificada.
MIRA QUIÉN HABLA (LOOK WHO’S TALKING, 1989)
Parece ser que la comedia protagonizada por John Travolta, Kirstie Alley y el bebé parlanchín con la voz de Bruce Willis no fue una idea tan original de su directora y guionista Amy Heckerling. Según Jeanne Meyers y Rita Stern –autoras de un cortometraje estudiantil de ciencia ficción de unos veinte minutos de duración–, la señora se “inspiró” en su trabajo y en otros materiales que le acercaron a finales de 1985 (mucho antes del estreno de la película) con la posibilidad de ser llevado a la pantalla grande.
Meyers se había encargado de adaptar una historia corta del autor Damon Knight titulada Special Delivery (1953) para un proyecto del American Film Institute en 1984, y bajo la infracción de copyright, le reclamaron a TriStar Pictures unos veinte millones de dólares.
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