Nuestra Maca Reynolds habló con el director de Cuando Acecha la Maldad, una de las grandes sorpresas del cine nacional de este 2023.
Se termina el año, y el film de Demián Rugna se corona como una de las mejores apuestas de terror, sorprendiendo no solo a la audiencia nacional, también al resto del mundo por su excelente producción, actuaciones e historia.
La película transcurre en un recóndito pueblo, donde dos hermanos encuentran a un hombre infectado por el demonio a punto de dar a luz al mismísimo mal. En su intento de deshacerse de este misterioso hombre que amenaza con ponerles en riesgo, terminan ayudando a desatar el mismísimo infierno.
Un éxito inesperado
La Cosa: ¿Te imaginabas el impacto que iba a tener la película?
Demián Rugna: Imaginármelo no. Uno siempre espera por lo mejor, pero yo soy un poco pesimista, así que esto me tomó por sorpresa. Incluso cuando a Aterrados, mi película anterior, también le había ido bastante bien y con eso logré, de alguna forma, construir una base de seguidores. Pero esto es otra cosa.
LC: Es que hacer cine de género en Argentina siempre es difícil, ¿no?
DR: Totalmente. Creo que en los últimos años, al menos en el cine de terror, se formó como un grupo grande de fanáticos que consumen, sin importar si es nacional o de afuera, y eso ayudó mucho. Pero siempre fue un desafío, y es increíble ver cada vez más personas apostando por esto, y disfrutándolo también.
El miedo de no saber qué es real
LC: Ya hablando específicamente de la historia, y en especial sobre su protagonista, que parece esconder más oscuridad que el mal al que se enfrenta. Con Pedro planteaste un héroe muy poco convencional, ¿por qué?
DR: Es que al final, la historia es solamente una metáfora de lo que nos acecha a todos, nuestra oscuridad interna y también la que nos rodea. Al igual que el pueblo, que vive casi al margen de la sociedad y olvidado, Pedro es un hombre que tiene que sobrevivir desde las sombras y lidiando con sus propias tragedias, al punto de llegar a creerse loco y preguntarse si todo lo que está viviendo es real o producto de su cabeza ya quemada.
LC: Las películas de terror situadas en escenarios rurales tienen sus propias reglas, al igual que las de posesiones. Acá presentás una mezcla de varios subgéneros, pero siempre ofreciendo una vuelta más de tuerca para que no podamos adivinar para dónde vas. ¿Cómo lograste eso?
DR: Y, un poco pensando en eso que decís, en el modelo que está establecido pero construyéndolo con mi visión y a mi manera. No quería que fuera una película de posesiones con un cura que viene a salvar a alguien. Acá ellos están olvidados por todos, nadie los viene a salvar, se tienen que salvar ellos y la riqueza detrás de los personajes es lo que le da ese extra, esos elementos inesperados.
Cuando Acecha la Maldad como reflejo de la realidad
LC: Cuando vemos películas de este estilo, siempre tratamos de buscar un significado oculto a todo lo que hay en pantalla. Como, no sé, acá el helado de manzana. U, obviamente, la marca que le queda a Pedro en el final. ¿Hay realmente algo planeado detrás de estos detalles?
DR: Jajaja. El helado de manzana, se me ocurrió, nada más. Quería que fuera difícil de conseguir. Y la marca, bueno, puede representar lo que cada uno quiera, pero para mi es el recordatorio de lo que vivió, de que fue real y de todo lo que perdió. Pero en general no hay mucho oculto, todo está ahí, así como el mal siempre estuvo y solo estaba esperando el momento para liberarse.
Es un poco lo que pasa en la vida, en nuestra realidad. Todo siempre estuvo ahí, latente, esperando, en las sombras, creciendo. Solo que a veces tuvo la oportunidad de salir, de materializarse. Y ahora está suelto, y tenemos que vivir con él.
Cuando Acecha la Maldad todavía está disponible en cines.
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