Director, guionista, compositor de bandas sonoras y genio indiscutido –aunque por estos días no lo quiera admitir–, John Carpenter hizo escuela a la hora de balancear presupuestos súper acotados y generar economía de recursos para crear algunas de las películas de culto más destacadas e influyentes de todos los tiempos. Enmarcado en la fantasía, el terror y la ciencia ficción, su cine de ‘clase B’ se jacta un poco de ello y juega con las características propias de cada género, muchas veces entrecruzado con el western, uno de sus tantos fetiches cinematográficos. Su obra está cargada de crítica social, disfrazada de ironía y humor negro, lo que convierte a cada uno de sus films en un visionado obligatorio. Con Halloween a la vuelta de la esquina, no podíamos celebrar el mes del horror sin destacar cinco películas esenciales de nuestro padrino espiritual (¿?).

El Enigma de Otro Mundo (The Thing, 1982)

Nobleza obliga empezar por la película que inspiró nuestro nombre. A diferencia de la versión de Howard Hawks, el film de Carpenter se mantiene más fiel al relato original de John W. Campbell Jr., en el que ambos están basados. A pesar de haber sido un completo fracaso comercial, esta historia de terror y ciencia ficción adquirió categoría de culto (¿y la mejor del realizador?) gracias a la atmósfera de paranoia que rodea a los personajes, el gore que raya lo bizarro, sus innovadores efectos especiales y uno de los finales más espeluznantes de todos los tiempos. Por si son despistados y nunca la vieron, es esa donde un grupo de investigadores en la Antártida, encabezados por Kurt Russell, son sorprendidos y perseguidos por un extraterrestre que asume la apariencia de cada una de sus víctimas.

Noche de Brujas (Halloween, 1978)

Aunque tiene varias precursoras, no es errado decir que estamos ante “la madre de todos los slashers”: no solo porque sentó las bases de este sangriento subgénero, si no que a partir de este punto, el nombre de Carpenter se antepondría a todos los títulos de sus obras. Este exitazo comercial generado a partir de un presupuesto ínfimo, suele ser citado como una alegoría sobre la virtud y el peligro de la promiscuidad sexual, pero según el director, la historia de Michael Myers y su raid asesino solo intenta ser una cinta de terror que se burla de sí misma y de sus truquitos baratos. Eso sí, más de cuatro décadas después, Laurie Strode (Jamie Lee Curtis) lo sigue pasando mal.

Viven (They Live, 1988)

Carpenter se despacha con un thriller cargado de trasfondo social, al que no le falta su característico humor negro. La historia gira en torno a John Nada (Roddy Piper), un trabajador de la construcción desempleado que encuentra unos anteojos especiales, los cuales le permiten descubrir con horror que, en realidad, la sociedad está gobernada por alienígenas que intentan convertir a la raza humana en una especie sumisa y esclava. A través de sus mensajes poco sutiles, el director nos regala una crítica mordaz a los problemas económicos que tuvo que atravesar la clase obrera durante el auge consumista en la era de Ronald Reagan.

En la Boca del Miedo (In the Mouth of Madness, 1995)        

John Carpenter mezcla horror, misterio y fantasía, y le pone punto final a su ‘Trilogía del Apocalipsis’ –conformada por El Enigma de Otro Mundo y El Príncipe de las Tinieblas (Prince of Darkness, 1987)–, con este homenaje lleno de referencias a la obra del genial y polémico H.P. Lovecraft; desde sus temas, hasta sus atmósferas y personajes. La locura, como en los relatos del autor, juega un papel importantísimo en esta historia centrada en John Trent (Sam Neill), un escritor de terror que desaparece sin dejar rastro, al mismo tiempo que sus creaciones literarias comienzan a cobrar vida.

La Niebla (The Fog, 1980)        

Según Carpenter, la inspiración para esta historia surgió, en parte, de la película inglesa The Trollenberg Terror (1958) y de un paseo que hizo por Stonehenge, donde presenció una misteriosa bruma a la distancia. A pesar de ser de bajo presupuesto, el director le dio el aspecto de un film grandilocuente, pero tras un primer corte tuvo que volver a rodar algunas escenas para que este relato sobre un pueblito pesquero de California que se ve afectado por una extraña niebla asesina de la que emergen unos espíritus vengativos, sea más aterrador y sangriento.

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