jueves, abril 25, 2024

Eerie Indiana duró una sola temporada. Ni siquiera completa, solamente 19 capítulos sin un final aparente. Una de las mil series estrenadas en la tele de aire de Estados Unidos a principios de los ‘90 que apareció y desapareció en un parpadeo.

Pero Eerie Indiana no era una serie cualquiera. La historia del pueblo del título (nexo de toda la locura del universo) y de los dos únicos niños que podían ver a través de su fachada conectó con varias generaciones a lo largo de los años gracias a repeticiones en canales de cable de todo el mundo.

Entre los fanáticos que fue acumulando se cuentan Chris Carter, creador de los X-Files, y el equipo de guionistas de Twin Peaks (más de una vez se dijo que Eerie Indiana era la versión kids de la serie de David Lynch).

Sus influencias van desde el éxito internacional Stranger Things hasta la insuperable serie animada de Disney Gravity Falls. Es más, el creador de esta última, Alex Hirsch, admitió con humor que “Gravity Falls es una copia descarada de Eerie, Indiana”.

La serie no se puede ver en servicios de streaming locales, lamentablemente.

Si tuviste la suerte de ver Eerie, Indiana en la época de su estreno, sabés perfectamente por qué esta pequeña producción de NBC generó tanta repercusión. Y si no la viste, preparate a descubrir tu nueva serie favorita. Que hoy, exactamente treinta años después del día de su estreno, está más vigente que nunca.

Lo que no sabíamos es que esa historia que nunca terminó podría tener la conclusión que se merece.

El mes pasado pudimos entrevistar a través de videollamada a Justin Shenkarow, que interpretaba a Simon, uno de los dos protagonistas de la serie. Y entre las anécdotas y los recuerdos nos tiró una bomba: Eerie, Indiana podría volver.

Un equipo de culto

La premisa de Eerie, Indiana es perfecta. Eerie es un suburbio que parece perfectamente normal, uno de esos pueblitos norteamericanos que vemos en películas de Disney o en ilustraciones de Norman Rockwell. Pero la realidad es que Eerie es el pueblo más excéntrico del planeta, un nexo en el que se une lo sobrenatural, la ciencia ficción y lo que solamente se puede llamar horror cósmico. Lo peor de todo esto: nadie se da cuenta.

Nadie excepto Marshall Teller (Omri Katz), un adolescente que acaba de mudarse a Eerie con su familia y está decidido a exponer la verdad sobre el pueblo. Fanático de las conspiraciones, paranoico e intenso, tiene su contraste en Simon Holmes (Shenkarow), su mejor amigo. Simon es menor que él y vive en Eerie desde que nació, pero cuando conoce a su nuevo amigo, ve por primera vez que su pueblo no es un lugar como los demás. Juntos investigan los misterios de un lugar donde la normalidad es la rareza.

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El fotógrafo del set Frank Schaefer (hermano de Karl) comparte fotos de la serie en la cuenta eerieindianaphotos

Eerie, Indiana es una creación de dos guionistas que venían de caminos completamente distintos. Karl Schaefer era un egresado de escuela de cine, especializado en dirección de fotografía, que no encontraba trabajo de su especialidad y se reinventó como director de comedias con un corto de monjas que hacían kung-fu que circuló por todo Hollywood.

José Rivera era su opuesto: un joven dramaturgo portorriqueño que había logrado cierta repercusión con su obra The House of Ramon Iglesia en 1983, pero que se ganaba el pan con guiones para comedias de situación como Blanco y Negro (Diff’rent Strokes) y Todo queda en familia (Family Matters).

Cuando José conoció a Karl, el dramaturgo y el director conectaron por un lado que no esperaban: el amor por las películas de terror de los años ‘50 y ‘60. En nuestra entrevista, Justin habló de la personalidad de los creadores y la forma en la que tradujeron a la televisión su amor por el cine «Clase B».

Karl y José mezclaron dos ideas distintas de series infantiles para crear Eerie, Indiana: una mezcla de las antologías de terror tipo Cuentos de la Cripta o Cuentos Asombrosos que se pusieron de moda a finales de los ‘80, con una historia de mejores amigos al estilo de Tom Sawyer.

Quizás por eso es que la serie se siente tan moderna. Tiene la estructura autoconclusiva de la época, con capítulos que empiezan y terminan sin muchos ganchos al final, pero a la vez cuenta una historia más compleja serializada episodio a episodio. Los personajes cambian y evolucionan además de resolver el “misterio de la semana”. No es raro que Carter, fanático de Eerie, haya creado dos años después Código X (The X-Files).

Aún con toda la locura, la amistad de Marshall y Simon siempre está en el centro de la serie.

Además de Karl, José, y los dos talentosos actores juveniles, el elemento clave fue la participación de un director que le dió a la serie un tono y estilo propios: Joe Dante, el genio detrás de Gremlins (1984) y Los Exploradores (Explorers, 1985).

Dante dirigió el primer capítulo de la serie, el “episodio piloto” que sienta las bases de cómo se verá el resto de la historia. Justin Shenkarow recuerda cómo era ese tono y las razones por las que apreciaba tanto al director (que apareció en un capítulo muy meta de la serie… haciendo de sí mismo).

Los mejores episodios

Eerie, Indiana empieza muy arriba, con «Forever Ware«, una aventura que mezcla horror, humor, y el diseño meticuloso de producción que haría famosa a la serie. La madre de Marshall, recién llegada a Eerie, intenta integrarse con las mamis de su barrio y se suma a una reunión de contenedores que llevan el nombre del título. Pronto Marshall descubre que la líder del grupo los usa para mantener a sus hijos jóvenes para siempre. La fantasía de estar encerrado en un “tupper” gigante es tan terrorífica como graciosa.

Pero Eerie podía hacer historias tiernas con moralejas simples tan bien como el terror cómico que era el leitmotif de la serie. En el tercer capítulo, “Cajero con Corazón de Oro”, Simon se hace amigo de un cajero automático viviente que le regala plata. Plata que él usa para hacerse nuevos amigos, que resultan ser completamente falsos. Es el episodio favorito de Shenkarow.

Después de una seguidilla de capítulos muy graciosos que profundizan en la extrañeza de Eerie, José Rivera dió un giro trágico en el episodio siete, “Corazón Encadenado”. Marshall se enamora por primera vez de su compañera Melanie, pero debe competir con Devon, otro chico de la clase. Hasta ahí todo normal, pero cuando Devon muere en un accidente y Melanie recibe su corazón en un transplante, las cosas se ponen oscuras. En especial para una serie infantil.

Los capítulos 8 y 9 están dirigidos por el veterano de Twin Peaks y autor de cine independiente Tim Hunter, que baja la locura y tiñe la serie de una atmósfera sobrenatural. En “La Carta Muerta”, un joven Tobey Maguire interpreta a un fantasma caprichoso que no parece muy angustiado por su muerte, y en “Quién es Quién” una artista descubre un talento para cambiar el mundo a través de su arte.

Tobey, una década antes de Spider-Man

En el décimo el guionista Vance DeGeneres se anima a explorar la lógica del “universo Eerie”. En “La Hora Perdida”, Marshall se niega a cambiar el horario para aprovechar la luz del sol (una práctica común en Estados Unidos) y termina perdido entre el tiempo y el espacio, encontrando a un nuevo amor y a un extraño anciano que resulta ser… mejor no revelarlo.

En el capítulo 13 todo cambia. Joe Dante regresa para dirigir “La Banda del Agujero en la Cabeza”, donde se suman dos miembros al elenco: un tal “Dash X” interpretado por Jason Marsden, que parece ser un adolescente extremo típico de los ‘90 (pero resulta ser más divertido que eso) y John Astin (el legendario Homero Addams) como el verdadero dueño de la fuente de soda típica de pueblito, que revela que el anterior era un impostor que lo tuvo seis meses atado en el sótano. Típico Eerie.

The End is Near

Eerie, Indiana estaba en una situación complicada, ya que no se transmitía por la mañana como otras series infantiles, sino en pleno prime-time de domingo. Los cambios buscaban atraer el público más adulto que se estaba enganchando con la serie, pero no fueron suficientes para levantar los ratings.

El final estaba cerca, pero Eerie todavía tenía joyas para regalarnos. En “Zombies en Pijamas”, por ejemplo, hay una parodia de Donald Trump interpretada por el gran Rene Auberjonois (Star Trek: Abismo Espacial 9), y en “La Leal Órden del Maíz” aparece otra leyenda de la televisión: Ray Walston de la serie de los ’60 Mi Marciano Favorito.

Los medios norteamericanos se esforzaban en proteger la serie, como demuestra esta crítica de TV Guide.

Los últimos dos episodios son tan buenos que la cancelación duele aún más. En “La Realidad se va de Vacaciones” Marshall descubre que su vida es un programa de televisión (casi una década antes de The Truman Show) mientras que “El Disco Roto” es el capítulo más dramático de la serie, una historia conmovedora de la relación de padre e hijo.

Pero el equipo ya sabía que el final estaba cerca. Shenkarow cuenta cómo fue el momento en el que se enteró de la cancelación, y las razones por las que Eerie, Indiana nunca tuvo una segunda temporada.

Hasta ahora, claro… porque en La Cosa 289, el actor nos cuenta que el regreso de la serie es más que un sueño. Hay una propuesta de historia, contactos con el estudio, y solo falta que se demuestre el interés. Como dice Justin: “Yo ya razoné todo lo que pude con los ejecutivos, y lo que espero es que entrevistas como esta demuestren cuánta gente ama la serie y el estudio se decida a darle otra oportunidad. Karl y José quieren volver, Omri y yo también. Queremos hacerla más oscura, más extraña, más terrorífica. Ya sabemos como sigue la historia de Simon y Marshall.

Conocé la historia completa en el último número de la revista. Y aprovechá este 15 de septiembre para buscar una serie de culto que merece regresar… ¡vamos Netflix! ¡si hasta Full House trajiste de nuevo!

Autor: Ignacio Esains.

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Escritora, community manager y entrevistadora. Fan de Superman, team DC, puede hablar a base de frases de Friends o Los Simpson.