La huelga de guionistas de Hollywood ya sobrepasó los cuatro meses de movilización, superando los 100 días del último gran reclamo –que se extendió entre noviembre de 2007 y febrero de 2008–, y se acerca peligrosamente a los 153 días de la huelga de 1988. El parate de 15 años atrás reportó pérdidas estimadas de entre 1.500 y 2.100 millones de dólares para la economía de Los Ángeles, números que ya empiezan a impactar en los balances de grandes estudios como Warner Bros. Discovery, que a principios de la semana admitió que las huelgas le costarán entre 300 y 500 millones de dólares en el balance anual, además de prescindir de grandes acuerdos con J.J. Abrams, Greg Berlanti, Chuck Lorre y Mindy Kaling, entre otros. 

Esta ‘maniobra’ podría haber creado discordancia entre los miembros de ambos gremios de escritores de cine, televisión y radio norteamericanos (WGAE y WGAW), pero logró un efecto contrario, demostrando la solidaridad de sus más de 11.000 afiliados, muchos de los cuales hoy se sustentan gracias a las donaciones de sus compañeros.

Cada semana, los negociadores del WGA informan a sus miembros sobre los diferentes avances que se llevan a cabo para intentar ponerle fin al conflicto dejando a ambas partes conformes. Y el gran obstáculo que se viene presentando –además de cierta avaricia por parte de los altos ejecutivos respaldados por el paraguas de la AMPTP (Alianza de Productores de Películas y Televisión) que representa a los principales estudios de Hollywood– parecen ser las discrepancias que empiezan a surgir entre estos popes. 

Aunque la postura general de la AMPTP es negociar como un todo, el reporte más reciente de la WGA dejó entrever que algunos estudios están más abiertos que otros a repasar las demandas de los escritores, y dispuestos a cortarse por su cuenta para acordar con sus guionistas de manera individual. No hay ‘ley’ que prohíba esta estrategia, pero sin dudas debilitaría la posición de la AMPTP, exponiendo a los ejecutivos más rapaces.   

Esta iniciativa para establecer acuerdos sin la participación de la AMPTP, como ya lo hicieron exitosamente estudios y cadenas independientes como A24, Neon y AMC –habilitados para seguir con sus producciones y hasta promocionar sus estrenos en los festivales, en el caso también de los actores– podría ser un primer gran paso para el fin de la huelga que ya empieza a impactar negativamente en ambas veredas. 

“Si los estudios quieren acuerdos individuales, recaerá en los empleados de dichas empresas hacerlo realidad”. En otras palabras, compañías como WB y Disney tienen que estar dispuestas a negociar si quieren ponerle fin a la huelga, declaró el WGA en su última notificación, dejando en claro que las compañías deben decidir por sí mismas y tomar el control de los procesos de la AMPTP o acceder a los contratos individuales. 

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La AMPTP no parece opinar de la misma manera. El representante de la alianza también emitió un comunicado a última hora del viernes diciendo que sus miembros estaban ‘alineados’, negando cualquier falta de unidad entre las productoras: “Las empresas que conforman la AMPTP están alineadas y están negociando juntas para llegar a una resolución. Cualquier sugerencia contraria es falsa. Todas las compañías quieren un trato justo para los escritores y actores y el fin de las huelgas que están afectando también a miles de personas en toda la industria”.

Mientras que la AMPTP afirma que ha “presentado ofertas repetidamente” que abordan cada una de las demandas de la WGA (incluidas las relacionadas con la inteligencia artificial), el sindicato de guionistas sostiene que, desde el comienzo de la huelga el 2 de mayo, la AMPTP solo les ofreció una propuesta el pasado 11 de agosto. Estas ‘idas y vueltas’ son, en parte, las que obstaculizan las negociaciones y una conclusión favorable para el conflicto que sigue sin tener un final a la vista.  

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