Llegó esa época del año donde la tele se inunda de historias navideñas plagadas de nieve, regalos, entuertos amorosos, reuniones familiares y, en nuestro caso, extrañas criaturas, terroristas y niñitos abandonados en sus casas por padres despistados. La Navidad no es Navidad hasta que nos sentamos a ver –por enésima vez– estos clásicos cinematográficos que se alejan de los típicos relatos con moraleja, pero ahí reside su mayor atractivo. ¿Cuál sumarías a esta lista de indispensables?
FIEBRE MUNDIALISTA: 5 PELÍCULAS FUTBOLERAS
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DURO DE MATAR (Die Hard, 1988)
Nada es más festivo que un rascacielos tomado por terroristas alemanes y un policía que debe salvar el día (¿?). John McClane (Bruce Willis) planea una bonita velada navideña junto a su esposa, pero Hans Gruber (Alan Rickman) tiene una idea muy diferente para las celebraciones del Nakatomi Plaza. John es el hombre común e imperfecto que se encuentra en el lugar justo y en el momento equivocado, aunque tiene la astucia suficiente para enfrentarse a los villanos y convertirse en el héroe de esta historia… y la franquicia. “¡Yippee Ki Yay, motherfucker!”.
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GREMLINS (1984)
Antes de abrir ciertos regalos, hay que leer MUY bien las instrucciones y seguirlas al pie de la letra. Si no, pueden pasar cosas como esta: desatar una horda de malévolas criaturas peludas que terminan destruyendo el apacible pueblito de Kingston Falls. No podemos culpar a Gizmo, el mogwai más adorable de la pantalla, pero sí a los humanos incapaces de aceptar semejante responsabilidad. Joe Dante y Chris Columbus mezclan fantasía, humor y su buena cuota de terror familiar para concebir un clásico ochentoso insuperable cuando se trata de festejos que pueden salir mal.
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REALMENTE AMOR (Love Actually, 2003)
Desde hace casi dos décadas, el clásico navideño más romántico: una historia coral, plagada de estrellas británicas y enredos amorosos para todos los gustos. Acá, todos tienen su trama preferida, incluso los anti-Navidad que quieren ver triunfar al viejo Billy Mack (Bill Nighy) en los rankings musicales. Para el resto todo es amor, confusión, encuentros y desencuentros, algunas frustraciones y muchos finales felices. ¿A cuántos nos hubiera gustado que la secuela del film de Richard Curtis fuera más que un corto televisivo para el Red Nose Day?
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MI POBRE ANGELITO (Home Alone, 1990)
… Y hablando de Chris Columbus… ¿Cuál es su problema con la Navidad? En 1990 nos presentó a los McCallister, los padres más irresponsables del séptimo arte, que en pleno alboroto de las festividades se olvidan al pequeño Kevin (Macaulay Culkin) antes de partir con rumbo a París. El nene, solo en casa, disfruta de su nueva libertad, pero también debe convertirse en el protector del hogar cuando una dupla de ladrones intenta entrar a robar ante la supuesta ausencia de los habitantes. El bien –y las travesuras de Kevin– siempre ganan, pero cómo explicamos que le vuelva a pasar unos años después.
RUMBO AL OSCAR: 5 PELÍCULAS PARA TENER EN CUENTA
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ELF, EL DUENDE (Elf, 2003)
Antes de meterse con hombres de hierro y mandalorianos, Jon Favreau puso a prueba su espíritu navideño y familiar con la historia de Buddy (Will Ferrell), un humano adoptado y criado por los elfos del Polo Norte que, ya entrado en años, debe viajar a la ciudad de Nueva York para encontrar su verdadera identidad… y a su papá, Walter Hobbs (James Caan), un editor de libros infantiles que no se portó muy bien durante el año. Buddy, maravillado por la Gran Manzana y la cultura humana, pronto descubre que no todo en la vida es fantasía y buenas acciones.
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