jueves, mayo 2, 2024

Reflexionamos sobre el modelo cinematográfico de Netflix, que ha generado bastantes críticas, pero sigue lanzando películas y buscando competir en la temporada de premios.

A pesar de una competencia cada vez más amplia y feroz, la N roja sigue siendo la plataforma de streaming más elegida por los usuarios y, posiblemente, la que más invierte en sus producciones originales –sean películas o series–, así como en la adquisición de nuevos ‘contenidos’ para llenar un catálogo de alcance internacional.

¿El problema? Su falta de compromiso con la experiencia fílmica y el estreno en salas de cine alrededor del mundo, un punto que la diferencia de otros servicios como Amazon y Apple, que buscan ‘socios cinematográficos’ para sacar provecho de estos dos mundos. 

Solo en los últimos años, Netflix puede jactarse de grandes lanzamientos como Roma (2018), Historia de un Matrimonio (Marriage Story, 2019), El Irlandés (The Irishman), Mank (2020), El Juicio de los 7 de Chicago (The Trial of the Chicago 7, 2020), El Poder del Perro (The Power of the Dog, 2021), No Miren Arriba (Don’t Look Up, 2021) o Sin Novedad en el Frente (Im Westen nichts Neues, 2022); (casi) todas bien recibidas por las crítica y nominadas a Mejor Película en los Oscar. Para poder ser elegibles, la N roja tuvo que asegurarse el estreno en algunas salas de Estados Unidos, reglas que la Academia de Hollywood sigue cambiando año tras año, justamente, para evitar estas maniobras un tanto facilistas. 

Originalmente, cualquier cinta candidata que quisiera participar de la votación tenía la obligación de proyectarse, al menos, durante una semana en una sala de cine del área de Los Ángeles. Con las nuevas regulaciones impuestas durante la pandemia, este requerimiento no solo se pudo esquivar, sino que, además, se sumaron otras ciudades a la lista como Nueva York, San Francisco, Chicago, Miami y Atlanta.

Esta medida de emergencia tomada en épocas de cuarentena también benefició a muchas producciones chiquitas e independientes, pero ahora la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas está considerando un nuevo estatuto en el que se rumorea que “para ser elegibles, las películas deberán proyectarse en cines de 15 o 20 de los 50 mercados (ciudades) principales en los Estados Unidos”. Una medida que beneficia directamente a los dueños de salas y complejos cinematográficos, aunque representa un dolor de cabeza para los ejecutivos de las plataformas. 

Netflix: Roma
Netflix

Esta resolución, que todavía sigue en veremos y se suma a los estándares de diversidad e inclusión también anunciados en 2020, podrían ponerse en marcha durante la 96° entrega de los premios Oscar en marzo de 2024. Las huelgas de guionistas y actores (que todavía no encontró solución) pueden echar atrás estos planes, un alivio para la N que tiene varios proyectos oscarizables. 

Un modelo que ya no funciona

Maestro, Rustin, Nyad, La Sociedad de la Nieve, Secretos de un Escándalo (May December) y El Asesino (The Killer) son algunas de las apuestas fuertes de la plataforma para esta temporada de premios. Películas que ya se pasearon por festivales alrededor del mundo con ovaciones de pie, pero a diferencia de los críticos, muy pocas llegarán al gran público cinéfilo.

Netflix no tiene intención de expandir esta arista para que los espectadores puedan disfrutar de los nuevos proyectos de David Fincher, Bradley Cooper, Todd Haynes o Juan Antonio Bayona en la pantalla más grande. Muchos deberán conformarse con el sillón de su living, confesamos, bastante más cómodo, aunque mucho más distractivo. 

Podemos argumentar, a favor de Ted Sarandos y compañía, que a la gente le da lo mismo o no lo interesa pagar una entrada costosa por algo que puede ver al alcance de un clic con semanas de diferencia. Obviamente, muchos éxitos de taquilla de 2023 demuestran los contrario, incluso apuestas más modestas en la recaudación como Los Asesinos de la Luna (Killers of the Flower Moon), donde Apple hizo yunta con Paramount Pictures para asegurarse la distribución global de la última joyita de Martin Scorsese, que ya superó los 100 millones de dólares acumulados a nivel mundial. 

Maestro - Bradley Cooper Netflix
Netflix

Pronto ocurrirá lo mismo con Napoleón (Napoleon) de Ridley Scott –producción de Apple y distribución de Sony– y Secretos de un Escándalo que, muy a pesar de Netflix, llegará en estreno acotado gracias a Diamond Films. Saltburn de Emerald Fennell, por ahora, no tiene fecha de estreno local, pero Prime Video ya anticipó su llegada a la plataforma; un verdadero revés, si tenemos en cuenta que a principios de este año Air: La Historia Detrás del Logo (Air) se benefició de su paso por los cines gracias a la distribución de Warner Bros.   

Lo económico (la posibilidad de perder plata, la importancia de las mediciones, ganar nuevos suscriptores y el valor de las acciones en la bolsa) es el factor determinante en muchos de estos casos donde la cinta “va derechito a la plataforma de streaming” y se termina perdiendo entre los destacados del algoritmo. Siempre habrá una parte del público dispuesta a esquivar las salas de cines, pero ¿qué pasa con ese otro resto entusiasmado por ocupar su butaca para ver la nueva película de su director favorito?

Ojo, el problema no es solo el “patrón” de Netflix, también es culpa de los grandes estudios y su falta de entusiasmo a la hora de invertir en este tipo de producciones de prestigio, sin importar el presupuesto. “El que no arriesga, no gana”, dice el refrán, y acá aplica para las dos veredas del modelo cinematográfico.   

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Jefa de redacción. Nolaniana incurable. DC me da y me quita.