Los Oscar 2025 no sólo sirvieron para celebrar a lo mejor de la industria, sino también para concientizar sobre el estado actual de los cines.
“Esta noche, estamos todos acá, y viendo esta transmisión, porque amamos las películas. ¿Dónde nos enamoramos de las películas? En el cine. Ver una película en el cine, con público, es una experiencia. Podemos reír juntos, llorar juntos y, en una época en la que el mundo puede sentirse muy dividido, esto es más importante que nunca. Es una experiencia comunitaria que no se obtiene en casa. Y ahora mismo, la experiencia de ir al cine está amenazada”, dijo Sean Baker al recibir su tercer Oscar de la noche, el primero como director, la pasada entrega de los Oscar.
Baker, como Quentin Tarantino, Martin Scorsese, Christopher Nolan y tantos otros, es un defensor incansable de la experiencia cinematográfica, constantemente en peligro por diversos factores, entre ellos, las plataformas de streaming que también pujan y pagan sumas millonarias al momento de adquirir proyectos independientes de prestigio en diferentes festivales; los que termina perdiéndose entre los estrenos de la semana y las recomendaciones del algoritmo.
“Este es mi grito de batalla. Realizadores, sigan haciendo películas para la pantalla grande; sé que yo lo voy a seguir haciendo. Distribuidores, por favor, concéntrense, en primer lugar, en el estreno de sus películas en salas de cine. Neon lo hizo por mí y les agradezco de corazón. Padres, presenten a sus hijos películas en salas de cine y estarán formando a la próxima generación de cinéfilos y cineastas. Y para el resto, cuando podamos, por favor veamos películas en el cine y mantengamos viva y en buen estado la gran tradición de la experiencia de ir al cine”, concluyó Baker.
5 LECCIONES QUE NOS DEJARON LOS OSCAR 2025

Los años de pandemia fueron extraños para la industria, por lo que la Academia decidió ‘ablandar’ un poco las reglas y permitir –de forma provisional– que producciones exclusivas del on demand puedan considerarse para las nominaciones, dejando de lado uno de sus preceptos más firmes: que las películas, para ser contempladas, deben pasar por los cines. “Tiempos desesperados requieren medidas desesperadas”, pero cuando el mundo empezó a volver a la normalidad, y a las salas, la experiencia cinematográfica también volvió a cobrar relevancia, ya sean cintas populares o de estudios independientes.
Después del triunfo de CODA, distribuida por Apple TV+, los votantes del Oscar se inclinaron por el cine en el cine: como Todo en Todas Partes al Mismo Tiempo (Everything Everywhere All at Once), Oppenheimer y Anora, éxitos a su manera y fieles representantes de esta ‘máxima’. Por el contrario, a Netflix se le sigue escapando la estatuilla en la categoría principal –ha recibido premios en película animada, película extranjera, cortos y documental–, justamente, por su falta de compromiso con el estreno en salas por más de dos semanas, el tiempo mínimo que exige la Academia para aspirar a una nominación.
Es curioso como un año después del Barbenheimer, donde la ceremonia del Oscar decidió celebrar a las grandes producciones de estudio con las siete estatuillas para el drama protagonizado por Cillian Murphy, la 97° entrega se centró en la lucha del cine más indie, de la mano de los cinco premios de Anora, el triunfo de Flow, El Brutalista (The Brutalist) y No Other Land, documental que todavía no tiene distribuidor en los Estados Unidos.
A pesar de estas discrepancias –sobre todo de presupuestos–, Nolan y Baker tienen algo vital en común: ninguno de los dos aceptará, para sus proyectos, nada menos que un verdadero estreno en salas de cine. Hasta Greta Gerwig está peleando para que IMAX le de dos semanas de exclusividad a sus Crónicas de Narnia, futuro lanzamiento de Netflix.
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