jueves, mayo 9, 2024

Esta reseña no tiene spoilers del final de la película, pero sí incluye referencias a elementos temáticos de la historia y a su lugar en el MCU. No hay grandes revelaciones que no estén en los tráilers ni cosas que pasen luego de la primera hora de peli, pero si querés ver Shang-Chi sin saber nada de nada, leela después de verla… ¡Y comentala con nosotros en Facebook y Twitter!

A veces un poco de ligereza no viene mal. Después del peso dramático de las dos últimas Avengers el MCU necesitaba relajarse un poco, y Shang-Chi y la Leyenda de los Diez Anillos es ese admirable paso al costado: un regreso al Marvel ágil y accesible de Ant-Man y la primera Guardianes de la Galaxia. Una aventura sin pretensiones pero que logra el difícil equilibrio de Black Panther de homenajear a una cultura entera con calidez, humor y evitando caer en estereotipos.

Shang-Chi y Katy, en su vida sin presiones que durará solo minutos de película.

En su núcleo, Shang-Chi es un drama familiar, más que una película de superhéroes. Cuando conocemos al protagonista (Simu Liu) se hace llamar simplemente Shawn y vive una vida sin ambiciones, estacionando autos como valet de un hotel junto a su mejor amiga Katy (la ladrona serial de escenas Awkwafina). Lo que ni Katy ni ninguno de sus conocidos sospechan es que “Shawn” es un experto en artes marciales, hijo del misterioso Wenwu (Tony Leung), el padrino de un imperio criminal que domina toda Asia bajo el nombre de “Los Diez Anillos”.

Las primeras escenas de la película cuentan la historia de ese imperio. Tienen el tono de una fábula y revelan que los diez anillos no son un simple logo sino poderosos objetos mágicos que han dado a Wenwu la vida eterna. Pero después de mil años de conquistar imperios con ese poder, Wenwu encuentra su derrota a manos de algo que no esperaba: el amor.

Wenwu y Jiang Li, con ánimo de amar.

El primer combate de Shang-Chi es una de las mejores escenas de la película. Wenwu busca la sabiduría ancestral de una aldea oculta, y para entrar debe pelear con su guardiana Jiang Li (Fala Chen). Una batalla estilo El Tigre y el Dragón que se convierte en una danza de seducción, aprovechando el romanticismo de la carrera de Leung, actor fetiche del gran director chino Wong Kar-Wai. De ese romance nacerán Shang-Chi y su hermana Xialing (Meng’er Zhang).

La razón por la qué Shang-Chi decidió alejarse de Wenwu y de su tierra natal se explicará con cuentagotas, pero en pocos minutos de película “Shawn” no tiene otra que revelar su identidad, cuando es víctima de un ataque por parte de esbirros de su padre. Esta segunda escena de acción, a bordo de un colectivo fuera de control, es la que se ve en los tráilers y la más flojita de la peli.

A pesar de que la coreografía de artes marciales adapta con ingenio el estilo de Jackie Chan de los ‘80, la dirección y la edición parecen conspirar contra los movimientos de los actores. La cantidad de reacciones y acciones simultáneas de esta batalla hacen difícil concentrarse en la primera revelación de las habilidades sobrenaturales de combate de Shang (heredadas de su madre), y para colmo, los efectos especiales están un escalón debajo de lo que veremos en el resto de la película. La pandemia limitó la posibilidad de filmar “reshoots” en plena calle, y las recreaciones digitales se hacen demasiado evidentes.

Meng’er Zhang como Xialing, un personaje inolvidable.

La primera hora de Shang-Chi va a toda velocidad. En cuestión de minutos Shang y Katy vuelan a la isla de Macao para alertar a Xialing de la amenaza de Wenwu, y el tour por el cine de artes marciales nos da una mezcla de torneo a muerte (con cameos que los marvelitas amarán) con una secuencia de acrobacia digna de Misión Imposible.

La reunión termina llegando, claro, y sin entrar en terreno de spoilers, la relación de esta familia es lo mejor de la película. La historia de Shang-Chi, Wenwu y Xialing tiene años de secretos, tragedias y traiciones que vamos descubriendo de a poco, y Katy hace todas las preguntas incómodas que el espectador muere por saber. Todos los actores están fantásticos, con la química que esperamos de cualquier elenco de Marvel, pero la revelación es Meng’er Zhang, una actriz casi desconocida que deslumbra en el drama y el combate como Xialing, el personaje más complejo de la historia.

Por una vez los tráilers se guardan lo mejor. Marvel tomó la inteligente decisión de ocultar lo que pasa en la última hora y media de película, que nunca se conecta directamente con Marvel sino con su periferia, tomando personajes y conceptos casi olvidados del MCU y aprovechándolos como oro. Una participación especialmente memorable, por ejemplo, de un actor de altísimo nivel que hace mucho más que un simple cameo.

Una incómoda reunión familiar.

La última hora, sin embargo, no está a la altura de la perfecta ligereza del inicio. Como en todo Marvel se presenta una amenaza superpoderosa y los personajes deben dejar de lado sus conflictos cotidianos para enfrentarla. El gran problema de Shang-Chi es que, por alguna razón, el guión decide darle más importancia a esta amenaza que al conmovedor conflicto familiar que estaba desarrollando.

Los mejores personajes quedan a un lado, quizás en busca de establecer a Shang-Chi como un superhéroe a la altura de cualquiera del MCU. No era necesario, antes de pelear con el monstruo CGI genérico de turno, el personaje ya nos había conquistado.

Hay escenas de postcréditos, claro, pero con esta segunda película de la Fase 4 se va revelando algo interesante del MCU post-Endgame, y es que las películas vuelven a contar historias independientes mientras que el peso de construir una continuidad narrativa se queda en las series de Disney+.

Shang-Chi, como Black Widow, es una historia completa, autoconclusiva, que no se siente un capítulo de relleno en la vida de héroes “más grandes”. Es una linda señal de Marvel respetar lo suficiente esta sincera celebración cultural como para permitir que se sostenga por sí sola.

Shang-Chi se estrena solo en cines el 2 de septiembre, y estará disponible en Disney+ 45 días después de su paso por las salas.

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Escritora, community manager y entrevistadora. Fan de Superman, team DC, puede hablar a base de frases de Friends o Los Simpson.