La trama de la road movie o ‘película de carretera’ –herederas de la tradición literaria del viaje iniciático de los relatos homéricos– se desarrolla a lo largo de un viaje: una estructura episódica donde el héroe (o héroes) debe sortear diversos obstáculos hasta llegar a su destino, ese lugar donde se le revela algo sobre sí mismo.
El regreso al hogar, la llegada a uno nuevo, una odisea infinita o la incapacidad de volver prefiriendo la muerte o el exilio son algunas de las variantes que le esperan al final de esa travesía que se convirtió en uno de los subgéneros preferidos de Hollywood. Acá te dejamos cinco títulos imperdibles.
BUSCO MI DESTINO (EASY RIDER, 1969)
La madre de todas las road movies –y el debut como director de Dennis Hopper– puede ser considerada, además, todo un paradigma de la contracultura estadounidense de los años sesenta plasmado en la gran pantalla; precursora de las producciones independientes y puntapié inicial del nuevo cine norteamericano que haría estragos en la década siguiente.
Inspirada en Il Sorpasso (1962) de Dino Risi, la travesía motoquera de Wyatt (Peter Fonda) y Billy (Hooper) no se produce sólo a través de las rutas de Estados Unidos de camino al Mardis Gras, sino a través de las diversas caras de la sociedad; un viaje musicalizado por los mejores artistas de rock del momento (Byrds, Steppenwolf, The Band, Jimi Hendrix), contribuyente esencial al tono anarquista y rebelde del filme.
MALAS TIERRAS (BADLANDS, 1973)
Terrence Malick se inspira en la vida real de Charles Starkweather y Caril-Ann Fugate –y los crímenes que cometieron allá por 1958– para retratar la historia de Kit Carruthers (Martin Sheen), un muchachito antisocial y de conducta violenta, cuyos encantos logran conquistar a la inocente e impresionable Holly Sargis (Sissy Spacek).
Después de asesinar al padre de la chica que se oponía a la relación amorosa, juntos emprenden la huida hacia los terrenos baldíos de Montana. En su camino solo van quedando cuerpos, un rastro de asesinatos al azar totalmente desapasionados, pero retratados con la belleza que solo Malick puede conjugar con sus imágenes.
THELMA Y LOUISE (THELMA & LOUISE, 1991)
Dos amas de casa frustradas necesitan cortar con la rutina y tomarse un fin de semana de descanso (y diversión) lejos de los hombres de sus vidas, pero pronto la escapada de Thelma (Geena Davis) y Louise (Susan Sarandon) se transforma en una vorágine de problemas.
Una intento de violación, un asesinato en defensa propia, robos, explosiones y una huida hacia México con la policía pisándoles los talones son solo parte de una declaración de principios: un estallido de hormonas y liberación femenina que plantea Ridley Scott para sus ‘salvajes’ protagonistas, dos mujeres que no deben rendirles cuentas a nadie, más que a sí mismas.
CORAZÓN SALVAJE (WILD AT HEART, 1990)
Drama, comedia, crimen, alusiones y homenajes al Mago de Oz e imitaciones de Elvis Presley solo pueden salir de la loca cabecita de David Lynch y este thriller basado en la novela homónima de Barry Gifford. Tras haber sido liberado de la cárcel, Sailor Ripley (Nicolas Cage) y su novia, Lula Pace Fortune (Laura Dern), deciden huir a California y zafarse de las garras de la sobreprotectora madre de la chica que se opone al romance.
En el camino, los jóvenes enamorados deberán hacerle frente a varios mafiosos asesinos, extraños acontecimientos y sórdidos recuerdos que impregnan esta historia donde no falta la violencia, el sexo, el humor negro, cierto toque fantástico y el amor por sobre todas las cosas.
EL PERRO (2004)
Carlos Sorín nos embarca en esta fábula neorrealista centrada en un hombre desempleado, cuya suerte da un giro de 180 grados cuando decide ayudar a una mujer varada en la ruta y, como recompensa, recibe de regalo un perrote llamado Bombón.
Coco (Juan Villegas, uno de los tantos actores no profesionales que aparecen en la película) y su dogo argentino de pura raza recorrerán los hermosos y desolados paisajes de la Patagonia argentina en busca de aventuras, competencias caninas y cualquier otra cosa que les depare el camino y el futuro.












