Se hizo desear, pero Avatar: El Camino del Agua (The Way of Water, 2022) finalmente llegó a los cines, repitiendo el éxito de su predecesora. James Cameron pasó años perfeccionando la técnica y los efectos visuales para hacer realidad esta segunda entrega y expandir aún más el universo de Pandora y sus increíbles habitantes. En esta oportunidad, Jake (Sam Worthington), Neytiri (Zoe Saldaña) y sus cuatro hijos deben abandonar su hogar en el bosque y buscar refugio cerca de los océanos, territorio del clan Metkayina, liderado por Ronal (Kate Winslet) –la tsahik o líder espiritual– y su esposo Tonowari (Cliff Curtis), quienes desconfían de los recién llegados.
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Kate vuelve a colaborar con Cameron 25 años después del suceso de Titanic (1997), donde saltó a la fama interpretando a Rose DeWitt Bukater. “Esta es la primera vez que vuelvo a trabajar con un mismo director. Fue muy especial volver a conectarme con Jim. Él se enorgullece mucho de su relación con sus actores, y eso se siente. Fue increíble que me permitiera aportar muchas ideas sobre Ronal y las tuviera en cuenta. Jim tiene esta convicción innata de que los humanos son capaces de hacer cosas casi sobrehumanas a veces. No conozco a ninguna otra persona así”, comentó la actriz sobre la experiencia.
Pero, ¿qué fue lo que más le atrajo al momento de formar parte de la franquicia y, en particular, de esta nueva aventura acuática? Winslet cuenta que le encantó la primera película, “una historia muy potente y extremadamente emotiva”, así que se entusiasmó cuando el director la invitó a sumarse al proyecto. Aunque ese no muy el único factor: “El elemento del agua fue otro atractivo muy importante. Más allá de los chistes relativos a Titanic, siempre me encantó el agua. Vivimos a la orilla del mar y estoy constantemente haciendo surf, paddle boarding y nadando. Me gusta especialmente sumergirme bajo el agua, así que cuando Jim me dijo: ‘Mira, esto va a requerir que aprendas buceo libre’, no podría haber estado más entusiasmada. Siempre quise aprender buceo libre. Es uno de los regalos más fantásticos que me han dado en la vida”.
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La preparación fue demandante y Kate pudo llevar a delante todas sus escenas de riesgo bajo el agua, incluso rompió el récord que alcanzó Tom Cruise durante la filmación de Misión Imposible: Nación Secreta (Mission: Impossible – Rogue Nation, 2015, donde aguantó la respiración por unos seis minutos. “Cuando contenés la respiración estás en una especie de estado meditativo, casi como en trance, porque tenés que relajarte. No tenés alternativa, tenés que despejar la mente porque usás más oxígeno conteniendo la respiración si estás pensando en otras cosas. Es como que gastás el oxígeno de otra manera, e incluso si movés las manos demasiado podés consumir oxígeno que necesitás para contener la respiración”, asegura y agrega: “Antes de hacer esta película no aguantaba ni veinte segundos. Lo más que pude aguantar –con una combinación segura de oxígeno de modo de que no te agarre una embolia o algo que pueda ser peligroso si salís a la superficie sin el regulador– fueron siete minutos y catorce segundos. Me pareció algo fantástico y realmente emocionante, y me entusiasma poder llevarlo a otros lados y usarlo en mi propia vida”.
Una matriarca conectada con el mar y sus criaturas
“Ronal es la tsahik del clan Metkayina. Yo la describiría como una líder, una diosa guerrera. Es el constante pulso vital de la aldea, ella es quien la nutre”, comenta Kate sobre su personaje y la relación con los forasteros: “Ronal desconfía mucho de ellos [Jake, Neytiri y sus hijos] cuando llegan pidiendo asilo para la familia. Muy a regañadientes tiene que aceptarlos, ya que es la costumbre de los na’vi socorrerlos. Pero le preocupa que los hijos de Sully corrompan a los suyos. Sus hijos pasan de hacer lo que les dicen mamá y papá a, de pronto, infringir algunas normas, lo que para Ronal es un gran desafío. Es la importancia de la familia lo que ancla estas historias en la verdad y la integridad”.
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Los na’vi tienen, por supuesto, una estrecha relación con la naturaleza y todo lo que los rodea, y los metkayina no son la excepción. “Ronal tiene una conexión muy pura con el mar. Ella tiene una hermana espiritual que es un tulkun, que solo se puede describir como una especie de ballena prehistórica. Ellas se comunican usando un lenguaje de señas. Mi hermana espiritual es compositora de canciones. Ella compone música y con Ronal cantan juntas. Hay unas conexiones muy hermosas entre la vida terrestre y la vida marina, que es un mensaje de importancia crucial de lo que deberíamos estar haciendo en la actualidad. Deberíamos estar creando esta conexión con el océano y cuidar y nutrir a sus criaturas”, concluye la actriz, reforzando el mensaje ambientalista que Cameron busca transmitir desde el estreno de la primera película.
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